El plus de la genética
El negocio ganadero requiere cada día más eficiencia. Todas las variables de impacto productivo y económico se ven exigidas al máximo en pos de este objetivo. Es allí donde surge la potencia de la genética, logrando subir el techo de la productividad. Generando un valor agregado al negocio. Para ello es fundamental que el productor acceda a una genética evaluada, que le ofrezca previsibilidad en los resultados, asegurándole llegar al destino elegido.
Con el ánimo de discutir este tema, y con el beneficio adicional del analizarlo en conjunto entre los sectores oficial y privado, el Foro Argentino de Genética Bovina realizó el día de la apertura de la Exposición de Palermo, su 10ª Jornada de Actualización, en la que participaron cerca de 300 asistentes. En el bloque temático de la mañana, especialistas en genética y en reproducción convergieron para analizar distintas herramientas disponibles en la actualidad para lograr mayor precisión en la evaluación genética, como es el caso de los DEP’s enriquecidos por la genómica. “Los DEP’s enriquecidos ofrecen mayor precisión en la evaluación de animales jóvenes, maximizan el progreso genético y reducen el costo de la pruebas de progenie”, aseveró el Dr. Horacio Guitou, especialista asesor de la Asociación de Angus, durante su disertación. Asimismo resaltó que logran mayor impacto en características de baja heredabilidad y difíciles de medir.
Una de las características más importantes relacionadas con la eficiencia de producción de carne es la conversión de alimento en kilogramos de producto. Esto es así debido al peso que tiene la alimentación en los costos de producción. En este sentido, el avance de la electrónica, el desarrollo de comederos automáticos y el desarrollo de la genómica, generaron la posibilidad de evaluar el “consumo residual”, una medida de la eficiencia alimenticia que es independiente del nivel de producción y del tamaño. “El consumo residual es estimado como la diferencia entre el consumo observado y el esperado para un aumento de peso vivo y un peso metabólico dados”, explicó el Ing. Daniel Musi, profesor de Veterinaria de la UBA y asesor de la Sociedad
Rural Argentina. Los animales con un menor Consumo Residual (RFI) son considerados más eficientes que aquellos con un alto RFI. Este rasgo es de moderada heredabilidad (0,25-0,35), lo que posibilita selección genética.
Otro de los aspectos analizados fue el impacto que el mejoramiento genético puede tener sobre una característica de enorme importancia, como es la fertilidad. Para ello el FAGB invitó a participar en el debate a un especialista en la temática de origen australiano, el Dr. David Johnston, investigador de la Universidad de New England. Su participación fue digital, es decir se hizo presente a través de un video en el que respondió diversas consultas. Resaltó que una variable muy importante, sobre la que
es posible seleccionar es “días al parto” (DAP), es decir la cantidad de días que transcurren desde que comienza el servicio natural hasta el día de nacimiento del ternero. Es una manera de ponderar el intervalo entre el inicio del servicio y la concepción. “Aquellos criadores que seleccionaron por DAP durante varios años tuvieron un progreso genético significativo en fertilidad, a pesar de la baja heredabilidad del rasgo”, afirmó Johnston. Asimismo, señaló que para seleccionar en forma precoz por fertilidad en las vaquillonas, la edad a la pubertad y el intervalo entre el primer parto y el celo subsecuente son características muy importantes, correlacionadas con la fertilidad a lo largo de toda la vida.